A nadie se le escapa que el futbol es el deporte más popular del mundo. La cantidad de ingresos que cualquier club de futbol profesional genera, en cualquier rincón del mundo, es grandísima. Los grandes clubes de futbol actuales son, en sí mismos, grandes multinacionales. Y como tal, deben ser gestionados por los mejores profesionales. Aun así, a pesar de contar con personas brillantes, en cada una en sus áreas de conocimiento, nada tendría sentido sin “un algo” capaz de gestionar y de unificar esos diferentes talentos. La tecnología es ese hilo conductor. Y la gestión deportiva de un club de fútbol es la piedra angular sobre la que todo lo demás pivota.
Los directivos de un club de futbol, hoy en día, deben cumplir con las expectativas de una gran variedad de grupos de interés, como son los aficionados, los jugadores y empleados, los patrocinadores, los proveedores, los accionistas, los medios de comunicación, las autoridades, etc.
Y sin un proyecto deportivo exitoso, nada de esto podrá tener sentido. De ahí el título de este artículo: La importancia de la tecnología en la gestión deportiva de un club de futbol.
Para que toda esta excelencia en la gestión deportiva se logre, es necesario que las tres grandes fases de la gestión deportiva estén bien diseñadas y bien ejecutadas, como no, con ayuda de un buen programa de gestión que lo sustente.
La primera fase se refiere a la gestión de la estructura (deportiva).
Es decir, a cómo se gestionará toda esa estructura para conseguir alcanzar los objetivos de forma exitosa. Es aquí donde la selección de un programa de gestión de clubes de fútbol dinámico, estable, con una trayectoria exitosa y contrastable tiene la mayor importancia.
Será necesario optimizar los procesos, unificar metodologías de trabajo, mejorar la organización de los diferentes equipos, así como la comunicación entre los diferentes cuerpos técnicos responsables de los mismos y permitir un flujo de información que mejore ese trabajo diario.
Gracias a la tecnología aplicada a la gestión de la estructura deportiva, los clubes de fútbol pueden tener un histórico de datos de todas las secciones, de cada una de las categorías, y de todos sus jugadores, así como del resto de personal deportivo que compone el club y optimizar así sus plantillas, complementando sus percepciones con datos objetivos.
Solo así, cualquier club de fútbol del mundo (profesional o amateur) podrá mejorar, podrá evolucionar y podrá recoger los frutos del trabajo diario de cada uno de sus futbolistas, entrenadores, médicos, preparadores físicos, etc. que al final, no nos olvidemos, son las personas que componen esa estructura deportiva.
La segunda fase trata de la adaptación de la tecnología a la cultura y metodologías del club.
No nos cansaremos de decir que nuestro software de gestión es como una caja fuerte, donde se guarda lo más preciado que puede tener un club de futbol: su historia, su filosofía, su mentalidad, su tradición… De donde viene y hacia dónde va.
Cada club de fútbol es diferente. Cada uno tiene sus necesidades y sus objetivos. La tecnología tiene que ser capaz de adaptarse a ello de manera individual y específica. El trabajo de los responsables deportivos, apoyándose en la tecnología, debe focalizarse en los diferentes entrenamientos para los diferentes equipos, y tratar de unificar las metodologías de trabajo en todos ellos.
Los diferentes cuerpos técnicos que forman parte de la estructura del club deben definir una serie de objetivos, a nivel deportivo, no solo para su equipo, sino que también deberían poner objetivos (de mejora) individuales a cada componente de la plantilla.
Y esos objetivos deben estar alineados en todo el club y deben ser supervisados y controlados de forma regular. Todos estos son los datos que un software de gestión de clubes de fútbol tiene que ser capaz no solo de almacenar, sino de analizar, de gestionar y de utilizar para su evolución y su progreso.
Por último, la tercera fase se refiere al desarrollo progresivo de los jugadores.
Una vez que un software de gestión está bien configurado, bien adaptado a las necesidades y objetivos de un club y bien implantado, llega la hora de recoger los beneficios.
Gracias a los datos objetivos y subjetivos, recogidos a lo largo del tiempo durante entrenamientos y partidos, el club será capaz de contrastar sensaciones con los jugadores, de tomar decisiones ágiles y de disponer de información que permita identificar diferentes situaciones y escenarios para poder anticiparse y ofrecer soluciones.
Solo así, cada club de fútbol al completo podrá ayudar al desarrollo futbolístico (técnico, físico y táctico) de cada uno de sus jugadores, que definitivamente, son los que tienen que defender sus colores.
Conclusión
A menudo, las «empresas deportivas» establecen solo una planificación a corto plazo, teniendo como objetivo principal únicamente la supervivencia de cada equipo (y de cada futbolista que lo compone) durante la próxima temporada, y no así su desarrollo y su crecimiento a varios años vista.
Aunque parezca un tópico, todos sabemos que en el futbol los resultados son los que mandan, y esa exigencia hace que muchas veces los gerentes perdamos el foco de esa supervivencia a largo plazo, que realmente es la importante.